martes, 13 de abril de 2010

Hablar desde el Corazón, decir Elsie Alvarado

Por: Moravia Ochoa



Hablar desde el corazón es fácil y por lo tanto, hablar sobre Elsie Alvarado de Ricord no iba a ser problema, no lo fue, pero hube de podar algo en los hilos de la memoria, por el exceso de asuntos, sentimientos encontrados, heridas abiertas y ese su rostro asomándose a la página para que no nos saliéramos de cauce. Asumimos entonces voz y palabra con cauteloso amor. Ella, la enamorada de la vida no querría desbordes innecesarios porque el río de nuestro afecto lo recibió en vida, legítimo, respetuoso, leal, como bien merecía quien enalteció las letras de Panamá con altísimo rigor y profundidad lírica y humana. Pero qué es este escrito, ¿qué significado darle? Es un reconocimiento a la vida y la obra de quien tejió palabras y ensueños, esperas y encuentros muestras de un ideario personal profundamente humano. Integridad y belleza salían del arpa dulce con que rodeó los hechos sencillos o trascendentes de su transcurso terrestre. Es éste un abrazo conmovido a quien supo regalarse en la amistad sin transgredir uno solo de los principios en que se fundamenta este vocablo. Si hubo que perdonar, ella, la transparente, perdonó aunque golpes vivió que le dolieron como una herida jamás cerrada. A tal punto llegaba su gran humanidad. Con el alma dispuesta para todos, hidalga construía y se entregaba. Con este preámbulo quiero decirles por qué estoy aquí. Siento que es un alto honor haber sido alumna y amiga de Elsie. Y es que el cariño de ella estuvo fundamentado siempre en valoraciones que tenían el mérito de la objetividad. Quiero contarles algo muy personal, algo que por su valor humano trasciende la poesía o es en sí mismo" poesía necesaria" como escribiera un importante poeta. Recordamos a Elsie cuando en diciembre de 1989, invasión a Panamá, la soldadesca yanki se metía en nuestras casas. Elsie llegó a vernos, a ponerse a la orden, a brindarnos respaldo moral y amistad. Nosotros resguardábamos los pasillos laterales del hogar, las madrugadas , cuando tocaba a la puerta un compañero o compañera, por causas nobles, de patria dando razón de algún acontecimiento . Resguardábamos, por donde podían pasar y pasaban, perseguidos que conocían el camino y cruzaban hacia los herbazales que desde Miraflores iban a Pueblo nuevo y otras partes recibíamos a media madrugada a compañeros que cumplían tareas ejemplares aunque sencillas. Mi casa era la casa, la de aquellos días tormentosos cuando sin casi conocer a los amigos allí los recibíamos, tuna y arroz, un poco de té, palabras en voz baja, atisbos de una lucha que aspiraba crecer, realizarse, ganar la patria nuevamente. Elsie no conocía esta tarea, o quizás algo intuyó, y fue a la casa de los peligros (muchas eran) y se llevó gran cantidad de nuestros libros y cartas, cartas especialmente de Cuba y de amigos de tantísimos pueblos hermanos, para que nadie nos llevara ese precioso material. Le dije: ¿y a ti, no te harán daño si te encuentran esto? (ella exigía que se la tuteara, no importaban sus títulos, sus premios y medallas). Y ella dijo," no, todos saben que yo no soy política", y sin embargo, Elsie, te estabas portando como una panameña de las mejores, sumandote a la fila de los que estaban al lado del decoro, porque siempre fuiste eso, mujer de decoro, no importa que no militaras en partido de izquierda alguno. De una cosa estoy segura: a la derecha nunca le hiciste guiños, a la derecha no estabas. Allí están tus poemas sobre los mártires, sobre la patria, aquí con todos, quedan tus libros que hablan de ti como mujer y como patriota, porque tú como Mateo Iturralde eras de aquellos que no vendemos la patria. La poesía en Panamá, y la literatura nuestra en general te tiene entre sus personalidades más significativas . Elsie Alvarado de Ricord, eres voz literaria que encarna el sentimiento, el corazón, esperanzas, luchas y pensamientos de ese fenómeno singular, especial llamado Mujer. América Latina puede sentirse orgullosa de sus poetas mujeres. Ellas han abordado la crítica, el ensayo, la novela, el testimonio, además de la poesía, eje primordial, barro elemental de cuyo vientre surge la palabra con todo su poder de profecía, de halago, de combate, de amor y de lealtad, que en todo ello está la vida. Así lo supo Elsie. Transcurrió con la dulce carga de experiencias, soñó y esculpió sus cantos para decir la vida, la mujer. Ella es el norte y luz de esta noche. Delicada, sencillamente femenina, sutil y enérgica a un tiempo, Elsie representa el potencial hermoso y veraz, lleno de ternura, inteligencia y delicadeza con que el pintor en sus pinceles dice la mujer y el varón la sueña. Serena y digna, la palabra de Elsie se mueve como un pájaro, es colibrí y es dardo, es ama y es esclava, se tiende como un río o puede alzarse de pronto en una ola donde ella y sus versos son los navegantes. Hada azul su palabra, duende y alba, ala y lluvia, razón conmovedora. Y alrededor del verso, su voz es red y huella, desnudo en lienzo colocado. No es Carilda ni Esther, no es la Mistral, pero es ella, en circuito infinito, en grave esfera, en colores que le son amados por tan conocidos. La magia de su habla le viene desde el propio corazón, desde las llamas profundas de la vida. Quienes la conocieron y trataron no pueden menos que reconocer la extraordinaria dimensión humana de esta escritora en sus papeles de hija, esposa, hermana, madre, amiga, educadora, ciudadana. De todo lo que digo soy testiga. La conocí conmovida y atenta ante el dolor humano. Pude enterarme de los eslabones de su poderosa ternura que derrumbaba muros y atajaba rencores. Odio nunca sintió, dolores sí por cada error humano que pudo conocer. Ella amó mucho porque tuvo una vida donde fue muy amada. ¿Sabe quizás el hombre las razones del tanto amor que una mujer puede dar? Ella dice a la madre en uno de sus poemas: “Madre, esa aureola de cabellos canos, /corona tu abnegada resistencia/ que no agota el caudal de la paciencia/ ni se rinde al cansancio de las manos” "para expresar, hermosa madre mía/ la virtud de tus dotes singulares / hoy falta la celeste melodía/ paterna que, entre cuerdas y cantares/ de aquella flauta mágica fluia en las dulces veladas familiares" El amor familiar marcò su niñez, su transcurso, abrió la fuente de futuros amores como lo fueron su amor a la poesía, al canto, a la vida de esplendores cotidianos y amaneceres cálidos, y a todo aquello noble, sosegado y poderoso que era aprehendido por esa dama prodigiosa que alimentaba llamas y poemas, y con maestrìa en el uso de la palabra, los signos virtuales de los nuevos tiempos . La música fue parte de los regalos espirituales que en su infancia tuvo y retuvo para siempre. Elsie amaba la canción, contaba de las guitarras y sus sonidos en las noches de novilunio o serenamente azules, cuando don Humberto, su esposo, abogado, y ella compartían con Demetrio Herrera, Korsi, o simplemente cuando la pareja dialogaba, las manos enlazadas. Una vez dijo que en su próximo cumpleaños íbamos a hacer una tertulia y cantaría porque Humberto tocaba la guitarra. No se dio ese momento, no hubo ese cumpleaños,la mariposa fue al viaje definitivo, pero, de todas formas, presente está si la evocamos. Elsie tenía una memoria prodigiosa, envidiable, y con la sencilla cadencia de su voz que era a ratos un susurro, desplegaba poemas ya de Herrera, de Korsi, de Sinán, Machado, Darío, de Miguel Hernández, de Guillèn, Dulce María Loynaz a la que visitò varias veces en Cuba, de Lorca, Neruda, y tantos otros. Narraba párrafos largos del Quijote, todo de memoria. Poemas de amor surgían de su boca. era una alegría comprobar cómo amaba la poesía esta poeta delicada , escritora total. "Si solo porque te amo fueras mío" ,dice en un poema. No es suficiente amar para ser dueña. La "entrega total" como llama a este poema es recurso esencial, urgencia de mujer.
El sufrimiento colectivo, la denuncia del tutelaje ofensivo del país norteño llamado Los Estados Unidos hacia Panamá es otros de los aspectos sobresalientes en las conversaciones y poemas de Elsie. Y es que la poesía, la literatura es un vínculo jamás desligado del compromiso con la dignidad, esa misma dignidad con que dirigò por años la Academia Panameña de la Lengua aportàndole su sello personal y un trabajo ejemplar que trascendiò el continente. Por ello y más , no hablaré de tus ensayos, sonetos ni otros poemas hermosos resguardados hoy tras una portada para la que elegiste una hermosa flor roja. Viva la esencia de tu vida terrena, te he traido aquí para darte el aplauso que merecen los nobles seres como tú, Elsie Alvarado de Ricord.

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